Si estás interesado en cambiar tu sistema de arranque y parada de la bomba para que estas acciones se realicen de manera automática, en este post te contamos cómo puedes hacerlo. Además, te informaremos sobre automatizar tu sistema de riego.
Automatización del equipo de bombeo
Para que una bomba se active de forma automática es necesaria la instalación de un presostato diferencial.
Un presostato diferencial es un dispositivo cuya función consiste en abrir o cerrar un circuito eléctrico según la presión hidráulica del sistema. Es decir, el presostato mantiene el sistema presurizado a un determinado valor de presión (el que nos interese según necesidad). Cuando la presión desciende porque haya una demanda de agua en el sistema (por ejemplo, se esté regando), el presostato convierte esa señal hidráulica en eléctrica, y activa el arranque de la bomba, que aspirará agua y volverá a incrementar la presión. Cuando el sistema se encuentre a la presión de corte ajustada en el presostato, al igual que en el caso anterior, la señal hidráulica se transformará en eléctrica y se desactivará el equipo de bombeo.
En la Figura 1 puede verse el interior de un presostato diferencial: Las conexiones de entradas y salidas eléctricas, la conexión a toma de tierra, los ajustes para regular la presión deseada y el diferencial, el cual activa el arranque de la bomba mediante tornillos.
Figura 1. Interior de un presostato diferencial.
Existen presostatos diferenciales con mayor o menor equipamiento.
El presostato de la Figura 1 requiere de componentes adicionales para una buena eficiencia de la instalación: calderín para leer la presión del agua contenida en él, manómetro, latiguillo para el calderín y válvula de 5 vías para su conexionado a la bomba. Sin embargo, existen controladores de presión, como en la Figura 2, que solo tienen que conectarse a la bomba porque ya integran estos elementos.
Es conveniente la instalación de un calderín como reservorio de agua para que disminuya el número de arranques por minuto de la bomba, lo cual se traduce en ahorro de energía. Conforme más capacidad tenga el calderín, menos arranques sufrirá la bomba.

Figura 2. Equipo de presión con sistema de Kit MasterFlow.
Otra opción de control que ofrece también la ventaja de ahorrar energía es la sustitución del presostato diferencial por la instalación de un variador de frecuencia.
Este dispositivo se coloca entre la bomba y la alimentación eléctrica, por lo que la energía de la red pasa por el variador antes de llegar al equipo de bombeo. El variador de frecuencia consiste en un sensor de presión que lee la presión del sistema, regula la frecuencia y la tensión que llegará a la bomba para mantener constante la presión requerida. Es decir, ajusta las revoluciones del motor según la demanda de caudal y presión del sistema, prolongando así la vida útil de la bomba y evitando paradas bruscas de la misma.

Figura 3. Variador de frecuencia.
Automatización de tu sistema de riego
Una vez que se ha automatizado el funcionamiento del equipo de bombeo, pasamos a ver qué más necesitaríamos para continuar con la automatización del sistema de riego.
En primer lugar, se precisa de un programador de riego como equipo de control. Existen con conexión a la red eléctrica o de pilas. Con él se establecerá la fecha y la hora en la que se realizará el riego en cada uno de nuestros sectores.
En segundo lugar, el programador antes descrito actuará sobre las electroválvulas que tengamos distribuidas en nuestro sistema de riego. Estas harán de válvulas de corte o apertura para suministrar de agua cada sector de riego que tengamos en campo.
En nuestra página web podrás encontrar programadores para riego agrícola o de jardinería, así como con conexión a corriente alterna, continua de tipo latch (pulsos).
Como consideraciones a la hora de escoger programador, es conveniente comprobar si puede configurarse cada válvula de forma independiente, los sectores que puede controlar, la versión de programador que interese más (exterior o interior, modelo de caja o empotrado), y el tipo de solenoide que puede conectarse a él (número de vías y número de hilos).

El número de hilos (2 o 3) del solenoide influye en cómo se transmite la señal eléctrica del programador al solenoide para accionar la válvula hidráulica. En solenoides de 2 hilos se invierte la señal que recibe el cable individualizado del programador a cada uno de los sectores, mientras que en los de 3 hilos cada sector tiene 2 cables, además del común. Según el cable que reciba la señal eléctrica, se abrirá o cerrará la válvula.
En Mundoriego podrás encontrar todos los elementos que necesitas para automatizar tu equipo de bombeo y tu sistema de riego. Echa un vistazo a los distintos tipos de programadores, solenoides y presostatos que te ofrecemos, así como a elementos de conexión para completar tu instalación.
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Muchas veces notamos que las instalaciones en nuestro jardín, y/o en el de algún vecino, proporcionan agua por varios puntos, malgastando de esta manera una importante cantidad de agua que, como sabemos, es un recurso vital que no debemos desperdiciar.
¿Qué significa la eficiencia hídrica en sistemas de riego?
Hablar de eficiencia hídrica es hablar del conjunto de técnicas orientadas al logro del menor despilfarro posible de agua.
La eficiencia hídrica en sistemas de riego significa que el agua que se emplea en el riego de un jardín, por ejemplo, sea la apropiada para que las plantas se encuentren en buen estado, saludables.
¿Qué son los sistemas de riego?
os llamados sistemas de riego están formados por estructuras que nos van a hacer posible determinar y delimitar las áreas o terrenos que son accesibles de ser cultivados, al aplicarle justamente la cantidad de agua necesaria para las plantas.
A través del tiempo se ha comprobado que el sistema de riego más eficiente es el de la lluvia, ya que ningún otro sistema lo iguala en uniformidad. Sin embargo, las diferentes técnicas de eficiencia hídrica creadas ya han sido perfeccionadas, de manera que un sistema de riego puede parecerse a la lluvia, Pero además de eso, va a ajustar el riego a la cantidad necesaria que necesita la plantación en particular.
Estos sistemas están formados por varios componentes. Dependiendo de dichos componentes, puede ser:
- Sistema de riego por aspersión. Esta técnica consiste en aplicar el agua a las plantas imitando la caída de la lluvia, es decir, aplicando el chorro de agua pulverizada, en gotas. Este sistema funciona a través de una red de tuberías que van a transportar el agua hasta los aspersores, que se valen de la presión para lanzarla. Para potenciar este tipo de riego, el agua se distribuye a través de un sistema de bombeo.
- Sistema de riego por goteo, o gota a gota. Se trata de una técnica que va a permitir una mejor aplicación del agua y del abono en los medios agrícolas de las zonas más secas. El agua aplicada a través de esta técnica, se infiltra directamente en el suelo por medio de un sistema formado por tuberías y emisores, que van a irrigar de esta manera toda la zona radicular. Este sistema es conocido también como sistema de riego localizado.
- Sistema de riego superficial. Esta técnica consiste en aplicar el agua al suelo por medio de la gravedad. Incluye una gran cantidad de variantes de este sistema, por ejemplo, por surcos, pozas, fajas, por canteros, de careo, etc., en los que el agua se lleva a la parcela y el mismo suelo la va distribuyendo cubriendo la totalidad o sólo parte de su superficie, según sea necesario.
¿Qué es la eficiencia del riego?
Es la eficiencia que debe existir en la aplicación del agua en un sistema de riego. Debe haber una proporción porcentual entre la cantidad de agua que se llega a almacenar en la llamada zona radicular (que está disponible para la planta) y la cantidad de agua que es aplicada por el sistema de riego.
La eficiencia de la aplicación adecuada y su uniformidad son sus principales indicadores.
¿Cuáles son los criterios para diseñar un sistema de riego?
Para diseñar un sistema de riego que cumpla con los criterios de eficiencia hídrica, debe tomarse en cuenta que éste cumpla con:
- Aplicar el agua de una manera uniforme. Para cumplir con este criterio de uniformidad se deben señalar algunos aspectos, como:
- Conseguir emisores de riego que posean una buena cobertura
- Ajustar la instalación para que los emisores de riego trabajen con la presión óptima.
- Cerciorarnos de instalar la tobera apropiada en aspersión en cada uno de los emisores, para que de esta manera la pluviometría sea proporcional al ángulo de cobertura de riego que posee.
- Asegurarnos en tener en cuenta los desniveles que existan en el jardín, para ajustar la situación de los emisores de riego y el modelo a elegir.
- Efectuar una buena regulación de cada emisor al momento de ponerlos en funcionamiento.
2.Aplicar la cantidad adecuada de agua que requieran las plantas. En este caso, también existen varios criterios que se deben tener en cuenta cuando se quiere diseñar la instalación de riego. Entre estos criterios, los más importantes son:
- Fraccionar el jardín en todas los sectores que sean necesarias y, hecho esto, sectorizarlas por separado, a pesar de que esto cause un incremento de sectores teóricos de riego. Esta es una inversión que se recupera de una forma rápida, tomando en cuenta el precio de instalación ante el precio del consumo de agua.
- Se debe adoptar un sistema de automatización que se adecúe a cada circunstancia. En general, siempre es preferible una automatización centralizada.
- Programar la instalación de diferentes sensores de control climático, como por ejemplo los pluviómetros, los sensores de viento, los sensores de ETP, entre otros.
- Concordar los tiempos de riego con las necesidades particulares de cada sector, por ejemplo, de forma semanal, diaria, etc.
- Preparar mecanismos que eviten el despilfarro de agua al producirse roturas en la red.
- Se debe Incluir en el proyecto de riego algunos mecanismos que eviten las escorrentías en las zonas de pendientes y desniveles.
- Dentro de lo posible, crear un sistema para aprovechamiento del agua de lluvia.
Si se proyecta un sistema de riego siguiendo estas recomendaciones, se contará con un sistema que presentará una elevada uniformidad de riego. Esto se verá recompensado con un crecimiento vegetal equilibrado además de un aumento en el nivel de germinación, y al ser establecidos en jardines de nueva construcción, evitaremos zonas encharcadas y/o secas, según el caso.
¿Qué es la Eficiencia de aplicación (Ea)?
Se conoce como eficiencia de aplicación (Ea) la relación que existe entre el agua que se queda almacenada en la zona donde se encuentran las raíces de los cultivos (y que puede ser aprovechada por ellas) y el agua total que es aplicada durante el riego.
¿Qué es el Coeficiente de uniformidad?
La uniformidad de la aplicación del agua durante el riego es un aspecto muy importante a tomar en cuenta durante la aplicación del agua. Esta uniformidad implica que todas las plantas que se encuentran dentro de la misma zona irrigada deberían recibir exactamente la misma cantidad de agua cuando ésta es aplicada.
La uniformidad en el riego se ve afectada por factores como:
- El chorro lanzado por los aspersores no alcanza de manera uniforme toda la zona de cobertura.
- Pueden encontrarse tapadas algunas áreas del sistema de aspersores y la cantidad de agua no se aplica de igual manera.
- La presión del agua también influye generando variaciones en el sistema de riego.
- El viento también es un factor que ocasiona variaciones ya que arrastra el agua a otras distancias.
El Coeficiente de uniformidad (CU) nos va a indicar la uniformidad que existe entre la distribución del agua aplicada y el riego en el suelo. Si la uniformidad es baja, indica que existe un mayor riesgo de déficit de agua en algunos sectores, así como un mayor riesgo de filtración profunda en otras áreas. Este coeficiente se mide colocando unos vasos colectores en una superficie, para de esta manera medir la cantidad caída en cada uno de ellos y determinar de una manera estadística el porcentaje de uniformidad en los volúmenes recolectados.
Pérdidas de agua durante el riego
Al diseñarse el sistema de riego apropiado para su plantación, es preciso tener en cuenta que pueden ocurrir pérdidas de agua por factores como:
- Escorrentía. Este factor va a representar la fracción del agua de riego que se queda circulando sobre la superficie del suelo cuando se efectúa el riego, sin infiltrarse en el mismo y sin ser retenida por las plantas. Estas pérdidas pueden llegar a ser significativas en riego por superficie, más aún cuando la pendiente del terreno es superior al 4 por 1000.
- Percolación profunda. Se trata de la fracción del agua de riego que se infiltra en el suelo y atraviesa toda la zona radicular de la planta sin quedar retenida en ella, razón por la cual no es aprovechada.
- Evaporación. Es cuando el agua se evapora y es arrastrada por el aire mientras se produce la irrigación, por lo que no es absorbida por las plantas. En ocasiones, dependiendo de la temperatura, puede llegar a ocurrir que el 25 % del agua que sale de los aspersores no llegue a alcanzar el suelo.
- Arrastre por el viento. Se refiere a la cantidad de agua que el viento arrastra bajo la acción de ráfagas de aire, que pueden ser eventuales o continuadas.
- Pérdidas por transporte y distribución. Nos indican las pérdidas que, por lo general, ocurren en canales no revestidos o con revestimientos en mal estado, con presencia de hierbas, tierra y otras obstrucciones, así como por algunos salideros en los conductos.
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