Mantener nuestras zonas verdes es algo gratificante, no cabe duda. Sin embargo,
conseguirlo requiere de muchas cosas, entre ellas, escoger la manera adecuada de regar
cada una de las especies vegetales que tengamos. Encontramos diferentes maneras de
hacerlo: por goteo, por nebulización, por aspersión… y dentro de esta última, a su vez,
disponemos de distintos tipos de riego por aspersión, que son los que queremos dar a
conocer hoy.


¿Qué sistema de riego por aspersión necesitas?


La base del aspersión en riego es el hacer llegar a las plantas el agua de riego emulando
lluvia de manera localizada. Sin embargo, como puedes imaginar, esto lo podemos conseguir
de varias maneras, consiguiendo, para ello, diseñar sistemas diferentes. Los que vemos a
continuación son los distintos tipos de riego por aspersión que se utilizan en la actualidad.


Riego fijo


El sistema se instala en una ubicación y no se cambiará. Por ello, las tuberías se entierran
buscando la mayor estabilidad del sistema (aunque también se pueden quedar sobre la
superficie).
Se precisa, simplemente, de un vástago y de los aspersores al gusto.


Riego semifijo


De manera contraria, estos sistemas están diseñados para poder desplazarse fácilmente y,
con ello, usar uno mismo para ocupar extensa zonas de regadío. Algunos ejemplos serán las alas de riego o los cañones.


Riego automático


De manera automática, las partes del sistema se van moviendo sobre la extensión
programada y regando automáticamente. Se trabaja con sistemas hidráulicos y mecánicos así como con motores eléctricos. Aquí incluiríamos los carros y los pivotes de riego.


Riego localizado por microaspersión

Son sistemas similares a los generales de aspersión pero están diseñados para que su gota
sea mucho más fina. Es decir, hablamos de un diámetro similar al que ofrece el sistema por
nebulización pero el agua no cae de este modo sino en chorro delgado.
Las bailarinas se instalan en tuberías superficiales o en microtubo o varillas soporte.


De desplazamiento radial


Se monta una tubería sobre ruedas y gira, de manera radial, en torno a un punto central fijo
que es el que le suministra el agua, recibiéndola por motobomba o mediante tubo soterrado.


De desplazamiento frontal


En este caso damos con un tubo aspersor que se va desplazando en perpendicular a los
surcos del terreno, atravesándolos en una zona de trabajo rectangular en la que se lleva a
cabo un riego superficial. Requiere de toma desde un canal en paralelo.


Finalmente, damos con algunos sistemas de riego por aspersión cuyo diseño se ha
modificado, mínima o máximamente, para conseguir unos objetivos específicos. Algunos
ejemplos serían el del coloreo de fruta, para proteger ante heladas, para conseguir
aguanieve, para hidratar tierras…


Como en todo, la conclusión es que hay tantas opciones como necesidades, de manera que,
antes de decidirte por uno u otro, toma en cuenta qué necesitas exactamente, de manera
que te decantes por una opción de riego por aspersión eficiente para ti y tus plantas.
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